Si menosprecio para nadie, los mejores críticos literarios que conozco son mis amigos. Ellos conocen mis gustos y en la mayoría de los casos aciertan plenamente. Este es el caso de José Miguel Bleda, físico y amigo del alma.
Él me recomendó esta entretenida novela que hoy mismo he acabado de leer y que nos sumerge en la más fascinante época para las matemáticas y la física de todos los tiempos, el periodo que transcurre entre las dos grandes guerras.
¿Y quién busca a Klingsor? Pues, Francis Bacon. No el filósofo natural del siglo XVII, desde luego, sino un homónimo suyo, físico teórico, al que algo más profundo que un lío de faldas le ha obligado a postergar una prometedora carrera en el Instituto de Investigaciones Avanzadas de Princeton al lado de Von Neuman y el propio Einstein. En ese embarazoso momento de su vida, la guerra actuará como campana salvadora, y Bacon "dejará de perseguir resultados científicos para perseguir seres humanos". Así, nuestro hombre formará parte del equipo encargado de poner a buen recaudo al Círculo del Uranio alemán (no tanto un ajuste de cuentas como para evitar que caigan en manos de los rusos), y, posteriormente, se encargará de seguir los pasos del fantasma de Klingsor. En su búsqueda va a estar asistido por Gustav Links, un matemático obsesionado por el problema del infinito de Cantor y repudiado por el anterior régimen por su complicidad en el histórico y fallido atentado contra el Fürher.
Muy recomendable para este verano. Espero ser tan buen crítico como José Miguel .