Aunque no es habitual, de vez en cuando me gusta plasmar en este blog mi opinión personal sobre ciertos temas aunque estos no tengan que ver con la educación ni con las matemáticas.
Tras lo ocurrido recientemente en la Diada del 11S y viendo el cariz que están tomando las cosas la situación en Cataluña me produce cierto desasosiego.
Tengo que comenzar diciendo que no soy nacionalista ni me gusta el nacionalismo de ningún tipo. Solamente lo puedo comprender un poco desde un punto de vista sentimental. Evidentemente uno le tiene cariño al lugar donde ha nacido o donde ha vivido una gran parte de su vida. Le tiene apego a ciertas costumbres y tradiciones y tiene una tendencia irracional a pensar que lo suyo es lo mejor.
Pero somos animales racionales y me parece del todo absurdo defender que por el simple hecho de haber nacido en Albacete (como es mi caso) soy mejor que cualquier otra persona nacida en otro lugar del mundo.
Tampoco creo en los derechos de los pueblos, dicho tal y como muchos políticos lo hacen. Creo en que somos los individuos los que tenemos todos los mismos derechos y también las mismas obligaciones para con nuestros semejantes.
Dicho esto también tengo que reconocer que mi visión de lo acontecido es la de una persona que vive fuera de Cataluña, aunque tengo infinidad de amigos allí y por tanto le tiene un grandísimo cariño cariño a aquella tierra. Quizás esta sea la razón más poderosa para tenerle cariño a un sitio, la gente que lo habita y a la que quieres.
Además yo he nacido en España y Cataluña, con sus encuentros y desencuentros, forma parte de ella en algo tan fundamental como su cultura.
Recuerdo con gran cariño como en los años de mi adolescencia que coincidían con los primeros años de la democracia, a los jóvenes nos gustaba cantar canciones en Catalán de autores como Lluis Llach, Mª del Mar Bonet, Serrat o Raimon porque el Catalán había significado un instrumento más de lucha en la consecución de la libertad y en contra del dictador.
No me ofende para nada el Catalán, todo lo contrario lo respeto y respeto a los que lo hablan. Es más cualquier castellanohablante con un poco de interés es capaz de entenderlo perfectamente a poco que lo intente. En esto si entiendo a mis amigos catalanes cuando se quejan amargamente de los que desprecian su lengua. Los castellanoparlantes no hacemos lo suficiente para conocer (que a la postre es querer) el resto de lenguas del estado. La lengua y la infancia son la Patria de una persona.
Dejando clara mi opinión en este aspecto tampoco comprendo a los que se niegan a aceptar que el Castellano sea la lengua franca para comunicarnos mejor entre todos. No en muchas ocasiones pero si en algunas me ha pasado personalmente a mi esto.
Con el resto de personajes y elementos de la cultura me pasa igual, para mi son tan "mios" Dalí, Miró,Gaudí o Tapies como
Benjamín Palencia. O
Luis Santaló, mi queridísimo Cauidi Alsina, mi entrañable Mª Antonia Canals lo son muchísimo más que
Sebastián Izquierdo
Incluso para los que somos como yo,de buena mesa, somos habituales del pan tumaca, la butifarra o la escudella tanto como del
gazpacho manchego.
Supongo que a muchos catalanes le pasará lo mismo pero a la inversa que a mi.
Sin ánimo a que esto sea una historia de buenos ni malos ni de buscar culpables pienso que en gran medida la mala imagen que tienen los catalanes en el resto del estado la tienen los políticos y que además esto lo hacen de forma deliberada.
Algunos políticos nacionalistas catalanes siempre que hacen cualquier reivindicación lo unen a exigencias económicas, en ocasiones acompañadas de frases despectivas hacia otras regiones españolas y con cierto victimismo .
Esto a su vez es aprovechado por otros políticos nacionalistas españoles para atacar a sus homólogos, tachándolos de insolidarios y peseteros y atacando su propia identidad como pueblo.
A ambos les viene bien, porque alentados por sus respectivos grupos mediáticos desvían la atención creando enemigos donde no los debería haber y así tapan un poco sus desastrosas gestiones (Véanse las de Rajoy o Mas) y caldeando aun más los ánimos. El discurso populista de ambos, desgraciadamente, les hace subir en popularidad y votos en estos tiempos difíciles.
No creo que la causa de la insatisfacción de muchos sea el autogobierno ya que Cataluña tiene las más altas cotas de toda su historia, sino de como encajar en el resto del estado .Me parece que la solución podría venir por un "federalismo asimétrico" en el que encajaran mejor Cataluña y Euskadi ya que es cierto que tienen una situación diferente a la del resto del país.El café para todos parece que no funciona. La Constitución no está mal pero no es intocable y si hay que reformarla hagámoslo (y de paso abolimos la monarquía)
Cuando oigo hablar de independencia, respetando todas las opiniones, a mi me parece un grandísimo error.
Primero por que la tendencia en la Unión Europea es a que los estados cedan cada vez más soberanía en aras de un verdadero estado europeo. Y segundo porque nos empobrecería muchísimo a ambas partes.
A nivel económico es algo obvio e importantísimo corriendo estos tiempos convulsos, pero también nos empobreceríamos a nivel cultural, humano y sentimental.
No puedo ni quiero imaginarme una frontera en Castellón en Zaragoza o Huesca cuando lo que a mi me gustaría es que no hubiese ninguna por ningún sitio.
Yo si quiero que me pregunten sobre la independencia de Cataluña para decir NO porque quiero que siga siendo parte de mi vida y de la de todos .
En vez de hacernos reproches y dejarnos llevar por las estrategias de aquellos que lo único que buscan es mantener su statu quo, busquemos soluciones, comprendámonos y respetémonos.
Quiero pensar que los hermanos riñen pero se tiene cariño y lo pueden solucionar.