50

El sábado 28 de febrero completaré mi quincuagésima vuelta al Sol acompañando al planeta Tierra.
Eso suponen 600 meses que son  18.262 días, contando con que han habido 12 años bisiestos, 438.288 horas o 26.297.280 minutos y en segundos 1.577.836.800.

El hecho de tener 10 dedos y acabar usando el sistema de numeración decimal nos hace dar más importancia a las decenas. Si además tenemos en cuenta la esperanza de vida de un ser humano, llegar a la media centena es un hecho relevante.

Como curiosidad matemática que bien podría haber apuntado Ramanujan, 50 es  el número más pequeño que se puede expresar como la suma de dos cuadrados de dos formas distintas: 50 = 1² + 7² = 5² + 5². También es la suma de tres cuadrados, 50 = 3² + 4² + 5².
En numeración romana es L  en binario 110010, en octal 62 y en hexadecimal 32.

El caso es que acercarme a cumplir cincuenta años me está haciendo reflexionar como nunca antes me había ocurrido ante un cumpleaños. Me doy cuenta que  soy una persona muy afortunada.
Conocí bien a todos mis abuelos y hasta dos de mis bisabuelos y todos eran gente maravillosa a los que echo mucho de menos. Me crié siendo el mayor de seis hermanos en un ambiente inmejorable con unos padres buenos y cariñosos.

Yo con casi un año

A los dos años y medio tuve un accidente y perdí mi ojo izquierdo. Pues deciros que gracias al cariño de mi familia, de mi madre, a que mi padre tuviera que emplear sus vacaciones para llevarme al médico y a los mimos de mis abuelos, los recuerdos que tengo de todas estas idas y venidas a Valladolid o a Madrid son de lo mejor de mi infancia. Lograron transformar un hecho traumático en la evocación de unos viajes donde yo recibía todas las atenciones y se me daba algún que otro capricho.

A lo largo de estos cincuenta años también he sabido rodearme de una excelente compañía. Presumo de  los mejores amigos que una persona pueda tener: Antonio, Ángel, Nacho, Jacinto, José Miguel, César, Julio, Jabo, Cristóbal, Paquito... .(no me cabéis todos). Solamente tengo la tristeza de que Fernando y Leopoldo ya no están conmigo.

También puedo decir que encontré en mi mujer Piedad, una excelente compañera y que hemos formado una familia junto con mis hijas María y Alicia que son, sin lugar a dudas de lo que más me siento orgulloso y a quienes más quiero.

En lo profesional tengo un trabajo que me apasiona y que a la vez es mi afición. Gracias a Antonio entré en la SCMPM y conocí a Serapio y a Bernardino y  desde ese día no he parado de aprender de ellos y compartir su amistad. Las Matemáticas nos unen.

Soy más tolerante hacia algunas cosas y más intransigente hacia otras. Sigo siendo un futbolero sin remedio con mi Albacete Balompié y mi Atlético de Madrid que me han dado grandes alegría y algún que otro disgusto.
En definitiva soy un tipo con  mucha suerte.

Como también hay amigos mios que no tiene tanta suerte os pediría que fueseis solidarios y donaseis médula ósea para a ver si le encontramos donante y sale de este mal trago en el que se encuentra.

No se cuando volveré a hacer una entrada numérica como esta pero espero seguir contando cosas parecidas a las que aquí os he dejado y alguna curiosidad más.

Por último comentar que gracias a la tecnología y a Internet os he encontrado a muchos de vosotros. A algunos ya os he desvirtualizado y a otros espero hacerlo pronto, descubriendo una nueva faceta de la amistad, que a pesar de lo que sale todos los días en las noticias, refuerza mi esperanza en la raza humana. ¡Hay mucha buena gente en el Mundo!

Un abrazo a todos

Esta entrada participa en la Edición 6.1 del Carnaval de Matemáticas cuyo anfitrión es Tito Eliatron Dixit.